El Excmo. Ayuntamiento de San Fulgencio a través de las Concejalías de Turismo, Cultura y Fiestas, con motivo de las fiestas patronales, organiza de nuevo la RUTA CICLOTURÍSTICA el domingo 21 de septiembre a las 9:00h, con salida desde la Plaza de la Constitución.

La novedad de la edición de 2014 es la visita al poblado ibérico de La Escuera. Aprovechando los trabajos de limpieza y consolidación realizados este verano, los participantes podrán contemplar los restos visibles del conocido templo de La Escuera del siglo III a.C. El edificio fue descubierto en las excavaciones de 1960 de la arqueóloga sueca Solveig Nordström. En el interior de las estancias aparecieron numerosos vasos ibéricos pintados que se utilizarían para la liturgia, así como restos óseos de ovicápridos, seguramente de sacrificios rituales. También hay que destacar algunos elementos arquitectónicos, como tambores de columna y sillares.

 

Una parte de las ruinas del templo en la que se ha usado un código de gravas de colores

Una parte de las ruinas del templo en la que se ha usado un código de gravas de colores

Las ruinas del templo se presentan mediante un código de gravas de colores, de acuerdo con un reciente estudio de R. Berenguer sobre la función de las estancias a partir del análisis de los hallazgos. La grava gris se extiende en una gran habitación en forma de L que debió ser patio y zona de actividades artesanales, algo habitual en los santuarios orientales antiguos. La grava blanca señala las estancias de usos diversos, como pequeño almacenaje, reposo de los sacerdotes o espacios de reunión. La grava rosada se ciñe a una pequeña estancia rectangular que puede ser la cella, el espacio donde estaba la divinidad. El templo sólo es visible en una tercera parte. Por el sur llegaría hasta la muralla, por el oeste su fachada da a la calle de entrada al poblado y por el este, según las prospecciones geofísicas realizadas en 2005, tiene un gran patio de acceso. Podría alcanzar casi 1000 m2 de extensión y pasaría a ser uno de los más grandes de la cultura ibérica.

Las últimas excavaciones en La Escuera están sacando a la luz una potente muralla provista de torreones en las esquinas inferiores y un antemural de 12 m de ancho por delante del lienzo este. La función del antemural era evitar que arietes y máquinas de asalto llegaran a la base de las murallas. Estamos ante una fortificación de corte helenístico preparada para unos ejércitos pertrechados de ingenios para la guerra. Sólo pueden ser los ejércitos romano y cartaginés de la Segunda Guerra Púnica. Todos los indicios apuntan a que el poblado fue asediado y abandonado en torno al 209 a.C. cuando las tropas romanas descendían por la costa a la conquista de la capital púnica de Cartagena.

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